Emprendimiento en Venezuela: de la educación para el trabajo al Doing Business

Posted on febrero 14, 2011. Filed under: Seguridad Económica |

Escribo el siguiente post en respuesta –o más bien como complemento- del post de Ana, sobre el tema de la innovación emprendedora en Venezuela.

Ana plantea la educación como una herramienta para mejorar las capacidades innovadoras y emprendedoras de los venezolanos. Sin embargo, cuando miro a una señora a las 5 de la mañana en la Valle-Coche vendiendo un combo que incluye café, cigarro y mentica para el aliento, no puedo dejar de pensar que su “innovación emprendedora” no tiene nada que envidiarle al tipo que inventó el lapicito scotch bright que quita manchas de la ropa. Mi punto –más allá de hacer el elogio de dos productos que me han salvado la vida en varias ocasiones- es que plantear los problemas en términos de educación, si bien es relevante, no es demasiado práctico en este caso en particular.

El tema de innovación en Venezuela puede dividirse en dos aristas distintas: por un lado tenemos a los Scotch Bright venezolanos –las grandes empresas- y sus departamentos de desarrollo e investigación. Pero dejemos esta arista para un próximo artículo, y pensemos más en la segunda: la doña en la Valle-Coche que es incapaz de convertir esa idea del combo mañanero en una micro, pequeña o mediana empresa que genere valor para ella y sus empleados.

El cliché clásico para este tema se resume en “formación para el trabajo”. Este es el típico discurso de “tenemos que invertir en educar al pueblo para que logre la independencia económica”, seguido por el clip de televisión que incluye un grupo de doñitas agradeciéndole al presidente por el curso que acaban de recibir en –qué se yo- marketing microempresarial y aclamando que al fin van a poder montar la microempresa de tejidos indígenas que siempre han querido.

No me malentiendan, no tengo nada contra la formación para el trabajo, y mucho menos contra doñitas que hacen tejidos indígenas. Mi problema es que este tipo de soluciones generalmente obvia una pregunta fundamental: ¿cuánto hay pa´ eso?

Si estamos preocupados en montar un gobierno de transición –o cualquier gobierno en todo caso- no podemos sentarnos a decir “hay que hacer esto hay que hacer aquello”, como si lo único que hay que hacer para lograrlo es meter la mano en el saco de petrodólares e inventar un nombre catchy (por cierto, propongo misión emprendimiento innovador para la liberación digna –MEIPLD-).

Entonces, volviendo al caso que nos atañe. Si bien invertir en formación para el trabajo puede ser importante, este enfoque falla en ofrecer el mejor “bang for the buck”. Hay que recordar que de cada Bolívar Fuerte que se invierta en un programa como este, una parte significativa se te va a ir en la burocracia, y con lo poco que te queda el mejor impacto que vas a lograr es una proliferación de microempresas que generan –por naturaleza- poco valor y con limitadas oportunidades de crecimiento.

¿Entonces, qué hacemos? Dos palabras: Doing Bussines.

El informe “Doing Bussiness 2011” preparado por el Banco Mundial con el objetivo de medir las regulaciones nacionales para hacer negocios, contiene un par de perlitas impelables. Entre 183 economías estudiadas Venezuela se encuentra en el puesto 172 en el índice de “Facilidad de hacer negocios”. Entre las múltiples cosas que miden tenemos que en nuestro país a un emprendedor le puede tomar 141 días inscribir una empresa, lo cual es casi tres veces el promedio de la región (56,7 dias), y más de diez veces el promedio de los países OECD (13,8). Y esto es sólo una muestra de las barbaridades que se encuentran en el informe.

Ahora, además de poner en evidencia el crítico estado de las oportunidades empresariales de nuestro querido país, el informe también puede ser visto como una  “to-do list” para un gobierno. Cada una de las mediciones de Doing Bussines puede utilizarse como un objetivo claro para un gobierno de transición.

¿Qué mayor favor le estaríamos haciendo a los emprendedores del país que bajarle el tiempo de tramitación de su empresa de 140 días 50? ¿O llevar el tiempo que tiene que invertirse en pagar impuestos de 864 horas al año a 380? Modernizar nuestro sistema de registro de empresas, o agilizar nuestro proceso de pago tributario no es necesariamente más barato que montar una red de centros para la dignificación del emprendedor. Pero esta es la clase de cosas que te genera mayor rendimiento: cada Bolívar Fuerte que gastas no se te va a aumentar la burocracia sino en disminuirla, y eventualmente generas un ambiente propicio para la proliferación de empresas (más pequeñas y medianas que micro probablemente) con mayor generación de valor, oportunidades de crecimiento y contribución tributaria (¡cachín, cachín!).

¿Ustedes qué dicen? Abro la discusión.

Marianne Caballero – marianne.caballero@gmail.com – @MCCaballero

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6 respuestas to “Emprendimiento en Venezuela: de la educación para el trabajo al Doing Business”

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Una palabra: LOPCYMAT! Nada más por ahí la maraña regulatoria que uno se consigue es como para enfriarle el guarapo a cualquiera. Una locura.

Ser gerente en Venezuela se traduce en ser Compliance Agent de la maraña regulatoria. Cuando uno termina de negociar los 83,000 enredos burocráticos ya no le queda más tiempo ni más recursos para hacer gerencia estratégica.

Claro, gran parte de la maraña es a proposito: hay tantas normas – a veces contradictorias – que en todo momento cualquier negocio va a estar en violación de algunas cuantas. Con lo cual todas las empresas son perennemente presionables con amenazas de investigaciones. PQ es imposible no tener rabo’e’paja.

Que a esto hay que entrarle en el marco de una transición me parece 100% evidente. El proceso va a ser largo y tendido, y en parte políticamente delicado. Pero de que hay que entrarle hay que entrarle.

Si bien la creatividad emprendedora de la señora del café, el cigarro y la mentica tiene su mérito, no necesariamente genera valor. La creatividad emprendedora no nos hace necesariamente un país competitivo.

Estoy de acuerdo que el primer paso es liberalizar, desburocratizar y «laissez faire». Sin embargo, sin una sociedad lo suficientemente fuerte para emprender, producir y capitalizar, simplemente seríamos consumidores de productos sin mucho poder de creación y exportación. Es decir, promoveríamos la incursión de inversionistas extranjeros (lo cual es muy bueno), pero sin mucha capacidad de competir de los productores locales.

A mi juicio, el emprendimiento innovador se centra en 3 factores: emprendedores preparados (creo que Ana lo desarrolla bastante bien), entorno favorable a la inversión (desarrollado por el autor anónimo de este artículo) y dinero!!!

Las fuentes de financiamiento son claves, y aparte de lo planteado por ambos artículos deben existir estructuras que soporten financieramente el emprendimiento. Esto puede tomar muchas formas: parques tecnológicos, incubadoras de empresas, fondos gubernamentales, organismos multilaterales, capitales de riesgo, banca tradicional. Deben haber políticas que potencien estos 3 aspectos. De ahí en adelante, la innovación nacerá sola.

woops! El artículo lo escribió Marianne. Ya se puso en el texto.

Hay que crear una Superintendencia con rango ministerial que se encargue de eliminar trabas burocraticas. Tiene que tener la confianza del mas alto nivel y estar blindada politica y judicialmente. Hay que recordar que hay muchos intereses en Venezuela que dependen de que las cosas se mantengan asi: desde los burocratas que cobran comisioncitas para revisarte los precios, pasando por los miles de empleados de las notarias y registros, los Guardias Nacionales que «revisan» las mercancias, y un largo etcetera. Desmontar esa mafia va a requerir un esfuerzo titanico que necesitara todo el poder politico y juridico que se le pueda dar.

Coye Juan no te hace ruido relacionar ¨superintendencia de rango ministerial» con la palabra «eficiencia» =)
Pero tienes razón, los que se vayan a encargar de esto tendrán que tener un rango que no solo les de poder sino que tambien demuestre el compromiso del Gobierno en hacer cambios.
Sin embargo, creo que no podemos dejar de discutir la estrategia para hacer estos cambios. Es decir, es fácil decir que hay que desburocratizar TODO, pero lo cierto es que no hay tiempo ni dinero para acabar con todas las marañas del Gobierno.
Esto es uno de los puntos que quería resaltar en el artículo: desenmarañar las regulaciones para generar un negocio es la clase de cosas que te genera un rendimiento económico significativo.
Por otro lado, por decir cualquier cosa, tienes el ejemplo del sistema de cedulación que, si bien es un drama épico, no necesariamente te genera tanto rendimiento desburocratizar.
Entonces mi pregunta es cuáles son las marañas prioritarias? Yo mencioné una, pero se que hay muchas «out there». Tu que dices Juan? (y cualquiera esta invitado a la discusión)

Lo que más me gusta del artículo de Marianne es que nos pone en una agenda concreta de reforma de «gobernanza» en el tema de relaciones Negocio-Estado. Creo que deberíamos montar una lista de indicadores de buenas prácticas internacionales por los el gobierno de transición deba medir sus avances en distintas reformas.

El World Bank tiene también los Worldwide Governance Indicators (pueden verlos acá http://info.worldbank.org/governance/wgi/resources.htm ). Se podría pensar esto para transparencia presupuestaria, esfuerzos anticorrupción… qué otros se les ocurre?

También creo que hay que tener cuidado. Al final estos indicadores señalan como están las cosas pero no sugieren como entrarle al problema. Una de las mayores frustraciones y factores de deslegitimación del índice de percepción de corrupción de Transparencia Internacional es que hacer que el indicador se mueva para arriba es dificilísimo, aunque si existan mejoras objetivas on the ground.

Estoy en desacuerdo con Majo en dos cosas.

Uno, generar valor es igual a generar utilidad. No necesariamente debemos/podemos especializarnos en lo más tecnológico. Hay que darle la vuelta a que productos no tradicionales podemos desarrollar con las capacidades y ventajas competitivas con las que partimos.

2do, creo que hay que tener cuidado con que la transición no se vuelva un Swing en hacia Laissez faire. Los mecanismos que propones para desarrollar la industria venezolana (parques tecnológicos, incubadoras de empresas, fondos gubernamentales, organismos multilaterales) se asocian con un rol «hands on», con los que estoy super de acuerdo.

De acuerdo con Juan. La reforma hacia un gobierno eficiente tiene que ser una Política de Estado. Son pocas las cosas que deben tener este nivel de protección política, judicial e inclusive física (Inflación, Narcotráfico, Grupos armados dentro del país, Inseguridad)

Mi post favorito de Caracas Chronicles tiene que ver con este tema. http://caracaschronicles.com/2009/06/23/the-exporter/


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